domingo, 21 de julio de 2013

360º

Todo iba como estaba acostumbrada, luchas por Venezuela en bajo perfil, estudios y buenas notas, sociable con todos, la poca malicia y exceso de inocencia en el amor que me caracteriza, el miedo a casi todo, en fin seguía siendo la misma mezcla de introversión y extroversión de siempre. 

Hoy por hoy, ya nada es así, como solía serlo. No puedo negarlo, me emocionan estos cambios tanto como me asustan: las luchas por mi Venezuela son mi frente, unida a una plataforma de resistencia a nivel nacional, siendo parte del frente de choque en cada protesta, sin quererlo he salido en cámaras y todo esto me ha hecho crecer políticamente, tanto que ya hasta pertenezco a un partido político, he tenido oportunidad de conocer dirigentes políticos que desde mis 17 años admiraba y logro verlos como mis iguales (eso si, sin dejar el respeto que se merecen de un lado); la verdad, jamás pensé en vincularme de esta manera con Venezuela, jamás pensé que me importaría más mi querido país y su situación, que mi propia integridad física y/o mental, jamás me sentí tan orgullosa de mis luchas por mi patria querida: Venezuela.

Desde mis estudios, he pensado en qué quiero hacer con mi carrera luego de graduarme y cómo ligarlo con la política, mis dos grandes pasiones psicología y política, en futuro haré post grados en DDHH, políticas internas y públicas, psicología social y forense, la mejor manera de ligar estas ramas para lograr una mejor Venezuela que todos deseamos y soñamos. Sí, debo admitirlo: aunque ya estoy centrada en mis deseos profesionales, mi rendimiento académico ha disminuido; y sin ánimos de excusarme debo decir que pagué la novatada de la falta de organización dejando mis estudios de un lado al momento de salvar a Venezuela, ya estoy sistematizando el problema y encontré una solución para ello, lamentablemente fue tarde para este año de la carrera, pudiendo salvar sólo una materia. Sin embargo, todo lo que pasa en esta vida, vale la pena, si se hace por el bien personal y común, sin dejar la convicción e ideales aparte; ningún tiempo es perdido, es cuestión de saber cuales son las lecciones para aprenderlas. Planes organizativos, para no dejar estudios y mi país separados y conseguir mi sueño de defender los DDHH de mi nación ante la ONU.

Lo sociable, tuvo su decaída, pero a pesar de eso se elevó de nuevo, con un detalle de por medio, nada vuelve a ser igual por mucho que se intente, toda situación en la vida cambia (drástica o paulatinamente), es cuestión de hacerlo para mejor en vez de a peor. He aprendido que la vida te trae muchos conocidos, se hacen pasar por amigos, con el fin único de aprovecharse de la nobleza de cada uno; pero así como existe este tipo de persona la vida también te pone en la vía, seres maravillosos, con los cuales puedes contar siempre, no importa cual sea la situación, momento o lugar hay gente con la que siempre podrás contar, no todos para las mismas causas pero si todos por el mismo objetivo, en este caso: mi crecimiento personal, académico y profesional, mi salud y mi felicidad entre otras cosas. Como lo dije antes, en la vida toda situación cambia, gracias a ello ya hoy por hoy soy capaz de discernir entre aquellas personas que me benefician y cuales me perjudican. Jamás dejaré de ser quien vela por el bien de quienes me rodean; eso sí, sin entregar más de lo que humanamente se puede como creía poder hacer antes.

Ahora, el tema el cual a mí me pone más pensativa, quizás por aquello de ser una persona creyente del amor como era en algunos aspectos en siglos anteriores: romántico, luchador, puro, capaz, amable y sobre todo respetuoso. Siempre he sido un individuo amante del miedo sufrido por muchos: compromiso amoroso, a muchos ese temor los lleva a formar una armadura de hierro, convirtiéndolos en un bloque impenetrable de cariño, dulzura e inclusive de un querer mágico y real a la vez, a otros - como considero es mi situación - este temor es momentáneo, creando una barrera de protección; sinceramente parecida a algodón, pues en cuestión de poco tiempo desaparece como por culpa una suave brisa;  sueño con conseguir el amor verdadero para formar una familia en un futuro, era algo fácil de conseguir en el siglo XIX, pero en la actualidad es como buscar la punta que se cayó de un alfiler dentro del pajar más grande del universo. El punto es que mi vida dio el giro más grande en cuanto a este asunto se refiere. No voy con prisa; por primera vez voy dejando que el tiempo actúe a su antojo, hasta ahora todo ha salido bien, la verdad...

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